lunes, 4 de julio de 2011


Hola! pues he decidido pegar aqui la unica historia que he acabado en mi vida xDD que espero que os guste es toda seguida, pero la pondre aqui entera mejor no? gracias

Ese día, había llovido mucho en Madrid, era raro, porque estábamos en pleno verano y aquí en Madrid siempre suele hacer calor, acababa de salir de mis practicas de guitarra, y tuve que salir corriendo hacia la parada del autobús para no mojarme, y para que la funda de la guitarra no se estropeara. Iba tan preocupada en no estropear la guitarra que sin querer, me tropecé con un chico, estaba apunto de caerme, cuando él me cogió del brazo, evitando así, mi caída al suelo.

_ ¿Estas bien?- el chico me miro, con unos preciosos ojos azules, yo solo pude quedarme, como una boba mirándolos, y asentí con la cabeza.- Me alegro, creía que te había pasado algo grave. –Sonrió, por dios que sonrisa más bonita tenía, no había visto una igual nunca. –Me llamo, Alex ¿Y tú eres Noel, no?

_ ¿Como sabes que me llamo Noel?

Alex, se río la verdad es que creía que se reía de mi, fruncí el ceño mirándole.

_ Oh, perdón, es que bueno lo pone en la funda de tu guitarra, y además hoy he estado en las clases mirando, porque pronto iré a esa academia por recomendación de mi antiguo profesor.

Me reí, la verdad es que la situación era un tanto cómica, el se puso un poco mas cerca mía y me tapo con su paraguas, yo le sonreí y me acerque para no mojarme.

_ Gracias, por todo en realidad, por taparme con tu paraguas y por haber evitado que me cayera. –Le mire a los ojos, y le sonreí, él me devolvió la sonrisa.

_ De nada, la verdad es que no es una molestia me has sacado de mi gran aburrimiento, estaba muy aburrido esperando a que llegara el autobús, aunque, visto lo visto, parece que hoy están fuera de servicio.

¿Qué dices? No podía ser, oh no así no podría llegar a casa, me gire para ver el horario de autobuses y ponía lo siguiente. “18 de agosto, los autobuses estarán fuera de servicio por la huelga de transportes, disculpen las molestias” Justo hoy tenia que haber una huelga de transportes, bueno tendría que ir a pie a casa, saque el móvil y le envié un mensaje a mi madre, avisándole de que ese día iba a llegar mas tarde de lo normal. De repente, Alex me saco de mis pensamientos mirándome curiosamente.

_ Noel, no me acordaba que hoy había huelga de transportes pero, no me arrepiento de haberme esperado hoy. –Sonrío y saco su iphone del bolsillo.- Espera un momento Noel, voy a hacer unas llamadas, ahora vuelvo.

Le mire asintiendo con la cabeza, a la vez que se iba debajo de un portal para no mojarse y así hablar tranquilamente por teléfono. Este chico era bastante extraño, no me conocía de nada y me trataba como si fuéramos amigos de toda la vida, no le entendía, pero la verdad es que me agradaba su actitud, la mayoría de personas hubieran girado la cara y hubieran echo como si no existieras, pero él se había comportado amable y bastante confiado. Me asusté al notar como mi móvil vibraba en mi bolsillo, era la contestación de mi madre, mas bien se reía de mi por lo torpe que era, y por no haberme acordado de lo de los autobuses, también me decía que no me preocupara que podía tardar todo lo que quisiera, ya que ella estaba avisada, sonreí mirando el móvil y me lo volví a guardar en el bolsillo, me gire y otra vez me asuste al ver a Alex a mi lado.

_ Perdón, otra vez, pero te veía tan concentrada en lo del teléfono que no quise interrumpirte, lo de las llamadas ya esta solucionado, si quieres vamos abajo del portal, para no mojarnos tanto, vendrán a buscarnos enseguida.

_ No te preocupes, y de nuevo gracias.

Fuimos corriendo al portal, ya no llovía tanto como antes y de hecho la lluvia ya estaba amainando, y ya se empezaba a ver unos cuantos rayos de sol. Tenía frío, la verdad es que para ser Julio, ese día especialmente, hacia frío, de repente note como una chaqueta se colocaba encima de mis hombros y me tapaba, Alex me la estaba colocando para que no tuviera frío.

- He visto que temblabas, y no he podido evitar dejarte mi chaqueta._ Me acerqué a él y apoye mi cabeza en su brazo y cerré los ojos.

- También, me he fijado en que tu tienes frío, si te molesto solo tienes que decírmelo.

- No, tranquila, estoy bien.

¿Qué me pasaba con ese chico? Nunca había sido tan amable con nadie, y menos con alguien que no conocía, la verdad es que mis amigos también me lo decían, que tenían que conocerme para apreciarme, porque no era una persona fácil de tratar especialmente. Estaba muy cómoda apoyada en el brazo de Alex, cuando este me susurro que abriera los ojos, y cuando los abrí vi un hermoso arco iris, la última vez que vi uno fue a los nueve años, y ahora tenia ocho mas.

- Es precioso, a merecido la pena quedarse en la estación de autobuses.

Los dos nos miramos a los ojos y Alex me aparto el pelo mojado de la cara y nos reímos juntos. Al cabo de unos minutos de espera, el coche, que por cierto era bastante lujoso, llegó. Nos llevo a las afueras de Madrid, aquello era precioso, nunca había ido por esa zona para mi era totalmente desconocida, a momentos Alex me señalaba sitios que no podía perderme, es obvio que había visto la cara de perdida que tenia en esos mismos momentos. Cuando ya pasó un rato de trayecto en el coche, nos paramos delante de una mansión, era muy grande como las que se ven en las películas y no puedes evitar pensar que algún día vas a vivir en una casa como esa. Alex me ayudo a bajar del coche, y yo lo miraba todo con una curiosidad enorme, no podía dar ni un paso.

- ¿A que esperas Noel? Vamos a pasar a dentro, hace más calor y además, veo que estas empapada, le pediré ropa a mi hermana porque veo que usáis más o menos la misma talla.

Entramos en la mansión, por dentro era aun más impresionante que por fuera, cuando entramos una chica de cabello rubio se tiro encima de Alex.

_ ¡Alex!, por fin has llegado, creía que no volverías de esa academia de música e iba a ir a buscarte- la chica me miro curiosa, de arriba abajo, seria la hermana de Alex, porque eran bastante parecidos, me sonroje casi enseguida.- ¿Es esta tu novia?

Me sonroje muchísimo, si hubieran comparado un tomate conmigo, no habrían encontrado ninguna diferencia, me gire para mira a Alex, y para mi sorpresa, vi que estaba igual de rojo que yo.

_ Sheila, ella es Noel, y no es mi novia, solo es mi amiga, y bueno ¿Le podrías prestar un poco de ropa, por favor?

Sheila, sonrío, la verdad es que tenia la misma sonrisa que su hermano, me cogió del brazo aun sonriendo y miro a Alex.

_ No te preocupes, hermanito, tú espéranos en el comedor principal, ahora iremos- Me miro a mi cogiéndome del brazo- Vamos a mi habitación Noel, rápido.

Sheila, se reía y yo no pude evitar reírme con ella, subimos por las grandes escaleras, hasta llegar a su habitación, guau, era impresionante, y muy bonita, era la clase de habitación que desean todas las chicas. Sheila me dejo sentada en la cama y fue andando hasta su gran armario, se quedo pensativa delante de él.

_ A ver, creo que mas o menos se que te vas a poner, porque tenemos un estilo parecido- saco un vestido, cortito negro y unos zapatos a juego.- El negro te favorece, por tus ojos verdes y tu pelo de color… raro.

Nos reímos juntas por ese comentario y yo fui a cambiarme. Cuando salí del cuarto de baño, Sheila estaba esperándome detrás de su tocador para peinarme y maquillarme un poco, cuando termino no podía creer que la chica que se reflejaba en el espejo fuera yo.

_ Guau, no parezco yo Sheila. –No podía dejar de mirarme en el espejo, la verdad es que estaba preciosa, como no lo había estado nunca, Sheila apoyo su cabeza en mi hombro y yo la mire desde el espejo- Enserio, no parezco yo.

_ Noel, estas preciosa, enserio estas muy guapa. – Me acaricio la mejilla, sonrío y me hizo que me levantara- Ahora vamos abajo, mi hermano estará esperando impaciente.

Cuando llegamos al comedor, que he de añadir que era igual de impresionante que el resto de la casa, Alex estaba de pie ojeando un libro, Sheila, se aclaro la garganta y Alex se quedo mirándome y se puso rojísimo. Sheila se rió.

_ ¿Verdad que esta guapísima?- Sheila solo reía mirándonos a los dos.

_ Esto… si, la verdad es que esta guapísima. – Alex, solo hacia que mirar al suelo.

_ Hermanito, si no te conociera diría que te da vergüenza.

_ Ah! Ya Sheila –le dije que parara porque yo si seguía poniéndome roja, se me iba a quedar la cara así para siempre. Sheila se rió, yo me reí con ella.

_ Noel, hoy te quedaras a dormir y a cenar a casa ¿Vale?, quiero que conozcas a nuestros padres, y bueno quiero aprovechar el tiempo que pueda en pasármelo bien contigo. –Yo sonreí a Sheila y asentí con la cabeza, feliz.

_Tengo ganas de que conozcas a mis padres, ahora mismo no están, pero supongo que no tardaran en venir. –Alex y yo estábamos paseando por el jardín, mientras que Sheila estaba, ayudando a la cocinera a preparar la cena.- De verdad, estoy muy contento de que te puedas quedar, has aparecido en el momento mas duro de mi vida. Y, no quiero que te marches.

Me cogió de la mano, yo le miraba, y él no apartaba su mirada de mí, pero, me miraba de una forma extraña, como si pensara que de un momento a otro me fuera a ir corriendo. Pero él rompió el silencio.

_ Ven, hay una cosa que quiero enseñarte.

Entramos en una especie de cuartito muy grande, donde en el centro había un piano, y más allá, guitarras y toda clase de instrumentos.

_ Guau, esto es maravilloso es como, no tengo palabras –él me sonrió y me llevo corriendo donde estaba el piano y nos sentamos.

_ Quiero, tocarte algo. –Abrió la tapa del piano, puso una partitura y empezó a tocar.

Tocaba, una melodía triste, pero a la vez llena de sentimiento, como si su alma estuviera en cada nota que interpretaba, cerré los ojos para sentir mejor cada nota, mientras que unas lagrimas salían de mis ojos, cuando acabo de tocar la canción yo abrí los ojos que aun tenia húmedos y él me secó las lagrimas.

_ Esta canción, la escribí para ti, sabía que hoy pasaría algo especial y, por favor no llores, no puedo ver derramar ni una lágrima de esos preciosos ojos.

Me acariciaba la mejilla, y veía como se iba acercando, poco a poco a mí y como sus labios se posaban sobre los míos, el beso fue dulce e intenso, nunca me habían besado de la forma en la que me besaba Alex, como si fuera a desaparecer, en ese beso podía sentir que estaba todo lo que sentía, y todos sus sentimientos. Cuando dejamos de besarnos, él me cogió de la mano, y volvimos dentro de la mansión, cuando entramos su madre fue hacia él y le miro enfurecida.

_ Alex Bennett, como se te ocurre solo pensar en un momento, que ella –me señalo a mi y también me miraba enfurecida- podría aceptarte por lo que eres, ¿Le has contado toda la verdad sobre nosotros, todo y cada uno de los detalles? Sabes que ella va a sufrir cuando te marches y no vuelvas nunca mas, hijo, ella no se lo merece, diga lo que diga la profecía, no creo que nadie nos pueda sacar de esta maldición.

Mire a Alex con curiosidad, ¿De que maldición estaba hablando su madre?

_ Hijo –esta vez era su padre quien hablaba, se acerco a Alex y poso la mano en su hombro- Sigue tus sentimientos, sé feliz, si ella te hace feliz yo estaré bien, pero cuéntale toda la verdad, si ella te ama, lo entenderá.

No, ¿Qué pasaba allí?, ¿Qué era esa verdad que me estaba ocultando Alex?

_Noel, yo no soy lo que parezco –me miro y dio un soplido echándose el pelo hacia atrás- Será mejor que te sientes, ya que esto es largo de contar.

Me senté en una silla, mirándole, sus padres y Sheila se sentaron alrededor mía, Alex cogió una silla y se sentó delante de mí mirándome.

_ Noel, tengo 17 años pero en el siglo XIX, ese año, pasaron cosas, hubieron guerras, guerras muy grandes, mi nombre completo es Alexandro Bennett, primer duque de Irlanda, cuando iba a gobernar, es decir, cuando mi padre me cedió el trono, nos echaron una maldición, antes de matarnos nos condenaron a vagar por el castillo hasta que el año 2011 viniera una chica que nos sacaría de la maldición, y tu has sido la única que has podido verme, y lo mas importante sentirme, cuando te vi sabia que eras tú la chica, no podría ser otra persona, pero no entraba en mis planes que fueras tan encantadora tan, perfecta, nunca me había enamorado de nadie, y cuando te conocí a ti en esa estación de autobuses sabia que no te iba a dejar de amar jamás. Por favor, Noel, no salgas corriendo y no te asustes, tú eres la única que puede sacarnos de esta maldición, por favor no te vayas.

Se me llenaron los ojos de lagrimas, no podía creerlo, era incomprensible aquella situación me superaba, pero no podía evitar querer a Alex, como tampoco podía evitar protegerle, él se arrodillo delante de mí secándome las lagrimas y susurrándome dulces palabras.

_ No, no quiero perderte Alex, dime que puedo hacer para ayudaros, a ti y a tu familia.

_ Noel, ya has hecho todo lo que tenías que hacer, se que me amas, y has vuelto a hacer que seamos felices, mira a mi madre, hace tiempo que no sonreía como sonríe, y mi padre, por fin veo la felicidad en sus ojos, Sheila, siempre te tendrá como mejor amiga y yo… Yo soy el que se lleva la mejor parte, yo me llevo tu amor allá donde vaya, allá donde este sé que tú siempre me amaras, y con eso supongo que podemos irnos en paz.

_ Alex, no te vayas aun, pasa mas tiempo conmigo, por favor aun no quiero perderte, te amo demasiado para eso, no te vayas.

Alex me sonrío y me abrazo, muy fuerte, yo lloré en sus brazos y el me acariciaba el pelo susurrándome palabras de amor en el oído, y diciéndome que siempre iba a estar en su corazón y que él iba a estar en el mío.

La verdad, es que, pensándolo bien aun podíamos aprovechar un poco mas el día, hicimos algo parecido a un banquete y nos sentamos en la gran mesa donde se comía, ellos me ensayaron algunas de las costumbres del siglo XIX, la verdad es que era bastante patosa y nos reímos mucho. Después hicimos un baile, algo así como una ceremonia para que Alex y yo nos declarásemos amor eterno, aquello fue precioso, nunca iba a olvidarle, nunca. Me despedí de los padres de Alex y de Sheila cuando llegue a Sheila me pare y le mire, ella estaba con los ojos húmedos apunto de llorar.

_Noel, te quiero siempre serás mi mejor amiga y hoy me lo he pasado muy bien contigo recordando viejas costumbres de mis tiempos- sonrío y me abrazo- Vive la vida por las dos, te quiero.

Y fuimos al jardín, a un lugar apartado, para llegar, fuimos por un camino de rosas, Alex arranco una roja.

_ Tú, eres incluso mas preciosa que la rosa que te acabo de dar, Noel, no me olvides ¿Vale?, volveremos a vernos, yo no te voy a olvidar.

_ Oh, Alex, te amo, te amo muchísimo, nunca te olvidare, nunca siempre serás mi primer amor, siempre.

Alex me abrazo y después me beso, ese beso fue el ultimo que me dio, un beso que no olvidaría nunca, cuando nos estábamos besando él desapareció.

Ese día, era el día de mi cumpleaños, cumplía 20 años, y decidí ir al cementerio, a ver la tumba de Alex y también a ver las tumbas de su familia, cuando él desapareció lo único que dejo fue un recuerdo imborrable y una carta en mi bolsillo que decía así: “Noel, siempre estarás en mi corazón, gracias por haber aparecido en mi vida, gracias por haberme echo el hombre más feliz del mundo, también gracias por haber aparecido en el infierno de mi vida, si se puede llamar así, y no pierdas la esperanza nunca, como yo lo hice y sobre todo, no olvides que te amo” Al recordarlo, sin poder evitarlo, me puse a llorar, me seque las lagrimas con la manga de la camiseta y deje el ramo de rosas que había traído sobre l a tumba de Alex, y una carta en las rosas que decía que nunca le olvidaría y que le amaba. Me quede mas tiempo allí hasta que el sol se empezaba a ocultar entre las montañas, me levanté y me arregle la ropa y el pelo, cuando me gire un chico me agarro y me miro con unos preciosos ojos azules.

_ Me alegro que no me hayas olvidado, porque yo he estado pensando en ti cada segundo de mi nueva vida.

No podía creerlo, los ojos se me llenaron de lágrimas, era Alex.

_ ¿Alex? Pero… ¿Cómo? –le acaricie la mejilla, como si tuviera miedo de que repente desapareciera, y se alejara de mi, esta vez para siempre.

_Noel, no podía dejar todo lo que habíamos vivido, todo lo que sentía por ti, mis sentimientos eras mas fuerte que la muerte, y no podía haberme ido sin haber compartido una segunda vida contigo, sin haberte amado, como merecías que te amaran. –Me acaricio la mejilla, quitándome las lagrimas de la cara, una pequeña costumbre que él tenia, ya que yo lloraba mucho.

_ Sé, que cuando te fuiste te prometí que no iba a llorar más pero, este es el mejor regalo de cumpleaños que nadie me pudiera haber echo nunca.

Me tire a sus brazos, y le bese, un beso cargado de amor, ese amor que me había guardado durante tres años, ese amor que sabia que solo él me podía hacer sentir, le amé hace tres años, le amo, y le amaré por siempre.